Efrén el Sirio, o Efrén el Sirio, o Efrén de Nisibini, o Efrén de Rahawi, apodado “El Arpa del Espíritu Santo”, es el padre de habla siríaca más destacado de la Iglesia Ortodoxa y el mayor poeta eclesiástico de la literatura siríaca. Efrén nació alrededor del año 306 en la ciudad de Nisibis en Mesopotamia. No sabemos nada de su familia, algunos confirman que era cristiana, otros lo descartan, destacando que su padre era un sacerdote pagano y que Efrén se convirtió al cristianismo siendo joven, y estudió con Jacob, el obispo de su ciudad y se benefició de su conocimiento y compañía.
Jacob lo ordenó diácono evangélico y mantuvo su diaconado toda su vida, predicando, enseñando y cantando las canciones más maravillosas y la mejor poesía religiosa. Dejó Nisibis después de que cayera en manos de los persas en el año 363 y vivió en Edesa (Odessa en griego o Urfa) hasta que Dios falleció en el año 373. Fue un importante centro cristiano y cultural, ya que allí se encontraron las culturas griega y siríaca. . En Edesa, sirvió a la iglesia como diácono, predicador que interpretaba la Santa Biblia, teólogo que luchaba contra las herejías, poeta que componía canciones espirituales y ermitaño solitario cuando tenía la oportunidad. Avram murió después de haber sido infectado por la epidemia que destruyó a la población de la región de Edesa. La iglesia celebra su memoria el 28 de enero.
Sus obras más importantes, sin duda, son los numerosos cantos e himnos espirituales que compuso. En este ámbito, es difícil comprender todas las obras de Avram y distinguir las auténticas de las que se le atribuyen. Vale la pena señalar que en siríaco hay dos tipos principales de poesía: memer y midrash. En cuanto al memer, es un sistema que se lee y no se canta, y sus versos vienen en un tipo de intersección, y los versos del memer pueden llegar a miles de versos, por lo que el memer puede llevar una variedad de material educativo. En cuanto al midrash, es un sistema que se canta en una canción y sus versos están numerados. Avram destacó en ambos estilos y fue, en sus oraciones y madaris, la lengua de la fe ortodoxa.
Lo probado por Efrén en poemas e himnos, mencionamos: 65 midrash “contra las herejías” en los que el autor atacaba los errores de los astrólogos (la gente del siglo XXI todavía sigue sus interpretaciones) y de algunos herejes; 78 himnos “Sobre la fe” en los que atacó a los arrianos que negaban la divinidad de Jesucristo, incluidos 51 himnos “Sobre el paraíso” en los que canta sobre el esplendor del cielo. 12 himnos “Sobre los panes sin levadura” que celebran la pasión y resurrección de Cristo; 25 himnos “Sobre la Iglesia”, 15 himnos “Sobre la Virginidad” y otros sobre la crucifixión y el ayuno.
San Efrén es famoso por ser el autor de la Oración Penitencial que nos acompaña en todas las oraciones de la Gran Cuaresma, y por su importancia la citaremos íntegramente:
“Oh Señor y Dueño de mi vida, líbrame del espíritu de ociosidad y curiosidad, del amor al liderazgo y de la charla ociosa, y concédeme, tu siervo pecador, el espíritu de castidad, humildad de pensamiento, paciencia y amor. Sí, Rey mío y Dios mío, concédeme conocer mis pecados y faltas, y no juzgar a mis hermanos, porque bendito eres por los siglos, Amén”.
Esta oración, después de la oración del “Padre Nuestro”, es una oración ejemplar, ya que resume todo lo que permite al creyente orar y pedir a Dios. San Efrén pidió en su testamento: “Treinta días después de mi muerte ofrecerás el santo sacrificio por mí, porque los muertos se benefician de los sacrificios ofrecidos por los vivos”. La Misa reúne a muertos y vivos, porque no hay muertos en Cristo. Por las intercesiones de San Efrén, que vive contigo, oh Señor Jesús, ten piedad de nosotros y sálvanos.
Las canciones de Efrén no sólo eran ricas en imágenes poéticas, sino que también eran teológica e ideológicamente profundas. Por ejemplo, dice que el Paraíso fue restituido a la humanidad en la Iglesia, que es más espléndida y más bella que el Jardín del Edén, que era sólo una imagen del mismo: “Por un lado, Dios plantó el Paraíso espléndido, y por otro por otro lado, Él construyó la Iglesia pura”. Efrén cantó a Cristo como el nuevo Adán que reabrió el Paraíso, diciendo: “Bendito el que con su cruz abrió el paraíso” y “bendito el que agradó a Adán”, y también: “bendito el que nos libertó para que no se pierda su ejemplo”. capturado” y “bendito el que nos salvó del cautiverio”, y también dijo “Bendito el que conquista el paraíso de la vida”. La iglesia lo celebra el veintiocho de enero.
tropario
Por el desierto infructuoso has derramado con arroyos de tus lágrimas, y con suspiros desde las profundidades has dado fruto con tus trabajos al ciento por uno. Te has convertido en una estrella para el mundo habitado, brillando con maravillas, oh nuestro justo padre Efrén, intercede así ante Cristo Dios para salvar nuestras almas.